Tradicionalmente se ha entendido el juicing como el proceso mediante el cual extraemos el jugo de frutas, verduras y otros vegetales. Actualmente, lo asociamos a una dieta sana y equilibrada y consiste en mezclar e ingerir distintos tipos de jugos de frutas y verduras.
Aunque, durante muchos años la práctica de alimentarse mayoritariamente de zumos fue criticada por ciertos médicos, hoy en día constituyen la base de muchas dietas para perder peso y se califica de un método recomendado y saludable, a la par que eficaz.
Cabe destacar que, lejos de utilizar este método como sustitutivo de una comida, se ha convertido en un hábito alimenticio en gran cantidad de personas, llegando a ser una parte fundamental.
El consumo de frutas y verduras es algo totalmente necesario para disfrutar de un buen estado de salud y de forma, hecho que un notable porcentaje de la población no realiza. Gracias al juicing podremos consumir estos alimentos de manera mucho más cómoda y divertida gracias a la multitud de combinaciones que podremos realizar.
¿Cuáles son los beneficios del juicing?
Consumir frutas y verduras en forma de zumo va a conllevar una serie de beneficios respecto a su consumo en forma sólida, por ejemplo:
- Cuando ingerimos un zumo ayudamos a nuestro sistema digestivo a absorber una grandísima cantidad de los nutrientes que contienen, y de forma mucho más rápida que si tomáramos los mismos alimentos en forma sólida, de esta manera evitaremos la pérdida de estos que se puede dar cuando sufrimos algún tipo de alteración durante la digestión. Esta facilidad de absorción de nutrientes se debe a que cuando extraemos el zumo de la fruta o vegetal rompemos sus fibras.
- El zumo de ciertos vegetales posee la virtud de ayudar a la reconstrucción de las mucosas que se encuentran en nuestro aparato digestivo, lo que puede ayudar a solucionar casos de gastroenteritis, colitis o algún otro tipo de inflamación. El único aspecto que podemos considerar como negativo es que, al beber únicamente el zumo desechamos la fibra insoluble que contienen estos vegetales, aunque si que aprovechamos la fibra soluble, que fermenta gracias a las bacterias presentes en nuestro sistema digestivo, lo que ayuda a su fortalecimiento.
- Bebernos un zumo nos cuesta mucho menos que comer las 5 frutas y verduras que se recomienda ingerir al día, de esta forma casi seguro que superamos, y de largo, esta cantidad.
- La cantidad de combinaciones que podemos crear entre frutas y verduras nos puede tentar a consumir otros tipos, a los cuales no solemos prestar tanta atención. Como bien sabemos, cada fruta y verdura contiene una serie de nutrientes en mayor proporción que otras y, algunas de ellas, contienen nutrientes únicos o muy raros de encontrar en otros tipos, por lo que nos resultará fácil aportar a nuestro organismo la cantidad de nutrientes necesarios para su buen funcionamiento
- Cuando cocinamos las verduras estamos haciendo que pierdan parte de sus nutrientes, y cuanto mayores sean la temperatura y el tiempo de cocción, mayor será esta pérdida de nutrientes. Al ingerir las frutas y verduras frescas aprovecharemos la práctica totalidad de vitaminas y minerales que contienen.
- Las frutas y verduras exprimidas presentan una gran alcalinidad, lo que provoca que nuestro sistema digestivo libere mayor cantidad de ácidos. Estos ácidos consiguen disolver buena parte de los productos de desecho que se generan en el organismo siendo expulsados de nuestro cuerpo. Este hecho es debido a que la sangre de nuestro cuerpo debe tener siempre el mismo nivel de pH, por lo que si ingerimos alimentos altamente alcalinos el organismo debe contrarrestar esta situación generando ácidos.
¿Cuáles son las propiedades de los diferentes zumos que podemos obtener?
Como bien sabemos, las frutas y verduras son capaces de proporcionarnos diferentes beneficios. Va a resultar muy conveniente conocer que propiedades y nutrientes posee cada fruta y verdura y, de esta manera, realizar zumos buscando beneficiarnos de ellas. Vamos a ver que nos pueden aportar algunas de ellas, aunque la variedad que podemos encontrar en los establecimientos de alimentación es muchísimo más amplia:
Frutas
Manzana: La manzana contiene vitaminas C y E, además de potasio y hierro. Entre sus propiedades encontramos que resulta ser una buena fruta antioxidante, antidiarreica, diurética, alcalinizante y ayuda a renovar la flora intestinal. Resulta útil para ayudar a reducir la hipertensión arterial y depurar la sangre y el hígado, además de contribuir al descenso del colesterol. Puede ayudar a reducir ciertos dolores articulares ya que evita que se acumulen toxinas y minerales en ellas, siendo un complemento adecuado para casos de artritis o reuma.
Pera: La pera es una fruta con una gran cantidad de vitaminas (A, C, E y vitaminas del grupo B), y minerales como el potasio, hierro, sodio, magnesio y zinc. El zumo de pera contiene pectina, que favorece los movimientos del intestino contribuyendo a la regularidad. La gran cantidad de vitaminas y minerales que contiene favorecen el fortalecimiento de nuestro sistema inmunológico. Es también un buen antioxidante y gracias a su contenido en glutatión ayuda a evitar la hipertensión arterial. Resulta ser también una fruta hipoalergénica.
Piña: Sin duda la piña es una de las frutas diuréticas por excelencia, por lo que nos ayudará a eliminar posibles líquidos retenidos en nuestro organismo ayudando además a su depuración. Encontramos en ella las vitaminas A y C, y los minerales sodio, potasio, magnesio, calcio y fósforo. Su contenido en potasio la convierte en una fruta adecuada para controlar la hipertensión arterial.
Naranja: Puede que el zumo de la naranja sea el que nos resulte más familiar. Como bien sabemos, la naranja es rica en vitamina C, además de calcio, potasio y magnesio, y gracias a su contenido en flavonoides ayuda a controlar los niveles de colesterol. También contiene folato que ayudará a formar nuevas células en el organismo, esto resulta muy útil cuando nuestro cuerpo debe cicatrizar una herida.
Melón: Una de las frutas características del verano. Contiene vitaminas C y E, es rico en azúcares naturales, potasio, magnesio, fósforo, hierro y calcio. Es un buen diurético y ayuda a solucionar posibles problemas de estreñimiento.
Sandia: Otra de las frutas populares del verano y de la cual podemos obtener una gran cantidad de líquido. Contiene vitaminas A, C, magnesio, potasio, beta caroteno (principal fuente de vitamina A) y diversos antioxidantes. Beber zumo de sandía va a tener efectos muy positivos para nuestro organismo ya que contiene citrulina, sustancia diurética que nos ayudará a eliminar el exceso líquidos y de toxinas de nuestro cuerpo.
Lichis: El lichi es una pequeña fruta bastante desconocida en nuestra sociedad. Originario del sur de China, es rico en azúcar, vitamina C, calcio, fósforo, magnesio y cobre. Una sustancia interesante que contiene esta fruta es el oligonol, ya que actúa como un vasodilatador favoreciendo el correcto riego sanguíneo de las extremidades y evitando la sensación de pies y manos fríos. Además, es un buen antioxidante gracias a los polifenoles que contiene, de hecho, es la segunda fruta conocida con mayor cantidad de estos compuestos, es antiinflamatorio y ayuda a mantener el buen estado de la piel.
Kiwi: Esta fruta de llamativo color verde es natural de China, aunque posteriormente se implantó su cultivo en Nueva Zelanda convirtiendo a este país en uno de los principales productores mundiales. Rico en vitamina C (mayor contenido que las naranjas), E, antioxidantes, cobre, magnesio y potasio. Su consumo nos ayuda a reforzar el sistema inmunitario y contribuye a controlar los estados de hipertensión. También ayuda a mejorar el tránsito intestinal y a solucionar el estreñimiento.
Plátano: Una de las frutas más calóricas que existen. 100 gramos de esta fruta nos aportan unas 90 kcal, además de ser rico en azúcares, potasio, magnesio y hierro. También contiene vitaminas del grupo B y vitamina C, en menor cantidad podemos encontrar vitamina E. Es suavemente laxante, energético, ayuda a recuperar minerales y es poco diurético.
Verduras y otros vegetales
Pepino: El pepino es rico en vitaminas A y C, potasio, calcio, magnesio, fósforo y sodio. Su zumo resulta excelente para mejorar el estado de nuestra piel, conferir brillo al pelo y reavivar el color de los labios.
Remolacha: La remolacha es una raíz engrosada, de un color rojo muy característico y que posee un sabor muy dulce. El zumo que podemos obtener de este vegetal es rico en vitaminas A y C, ácido fólico (vitamina B9), hierro, calcio, magnesio, potasio y fósforo. En menor medida contiene otras vitaminas del grupo B (B1, B2, B3, B6). Además, es rica en antioxidantes debido a la presencia de carotenoides y flavonoides.
Zanahoria: Sin duda una de las propiedades más famosas de las zanahorias es su contenido en vitamina A, además encontramos en ellas minerales como el potasio, fósforo, magnesio y calcio. El zumo resulta ser un buen diurético y energizante, mejora el estado de salud de nuestro pelo y piel, y ayuda a controlar el nivel de glucosa en sangre.
Berenjena: Contiene vitaminas A, C y K, calcio, magnesio y fósforo, además de una cantidad notable de potasio. Su zumo contiene propiedades antioxidantes, diuréticas, es ligeramente laxante, favorece el proceso digestivo activando la función biliar, y ayuda a equilibrar los niveles de colesterol y a reducir el nivel de glucosa en sangre.
Apio: El apio es uno de los alimentos con menor contenido calórico, ya que 100 gramos de este vegetal sólo aportan 19 kcal, pero contiene ciertos micronutrientes que hacen interesante su consumo. En él encontramos vitaminas A, C, B1, B2, calcio, potasio y sodio. Es un buen diurético y ayuda a controlar los niveles de colesterol y la hipertensión.
Espinaca: De pequeños siempre nos han dicho que era bueno que comiéramos espinacas ya que contienen hierro, y así es, aunque contienen mayores cantidades de otros minerales, como calcio, magnesio, fósforo, potasio y sodio. Contiene también vitaminas A, C, E y K, y en menor cantidad B1, B2, B3 y B6. Los nitratos presentes en este vegetal ayudan a mejorar sensiblemente el rendimiento muscular, y los citocromos que también encontramos en ellas promueven la energía y la sensación de vitalidad.
Combinaciones y propiedades de los zumos
Una vez conocidas las propiedades que contienen los zumos de ciertas frutas y verduras, podemos realizar diferentes mezclas para potenciar algunas de ellas y también, por qué no, para obtener un zumo con mejor sabor.
No debe causarnos reparo el hecho de mezclar un zumo de fruta con uno de verdura, ya que lo habitual es que el sabor de las verduras quede suavizado por el de las frutas. En cualquier caso, el sabor siempre suele ser excelente si cuidamos las proporciones empleadas. Está claro que el poder de la inventiva supone un reto para realizar una gran variedad de posibles combinaciones y así disfrutar de mezclas enriquecedoras. Cada una de ellas nos aportará una serie de propiedades distintas y tendrá un efecto distinto sobre nuestro organismo. Podemos destacar algunas:
Diuréticos y desintoxicantes
- Piña, apio y pepino
- Piña y berenjena
- Berenjena y limón
- Zanahoria, pepino y remolacha
- Espinaca, pepino y manzana
Fortalecedores del sistema inmunitario
- Naranja, piña y zanahoria
- Los que provengan de cualquier cítrico
- Fresas, naranja y guayaba
- Granada y naranja
Energizantes
- Espinaca, pepino, cilantro, zanahoria, berenjena y naranja
- Naranja, limón, zanahoria, plátano, remolacha y jengibre
- Plátano y espinacas
- Limón, pera, pepino y espinacas
Adelgazantes
- Zanahoria, manzana y apio
- Espinaca, manzana y limón
- Piña, pepino y manzana
- Pepino, tomate y apio
¿Cómo se preparan estos zumos?
El aparato requerido será un extractor de zumos, de los que existen tres tipos: extractores de centrifugación, de masticación y de trituración. Los más comunes y económicos son los primeros, los extractores de centrifugación. En ellos introducimos la fruta y verdura por una abertura que contiene su cilindro central y que se encuentra conectado con una pequeña cesta que actúa como filtro. La base de esta cesta contiene unas diminutas hojas cuya función es moler los trozos de vegetales que hemos introducido al ser sometidos a un movimiento de centrifugación, obteniendo el zumo que contienen.
Este tipo de extractores cuentan con la ventaja de que obtienen el zumo de manera muy rápida y de que no es necesario cortar la fruta y verdura en diminutos trozos. Como desventajas podemos decir de ellos que no son muy eficientes a la hora de obtener el zumo, por lo que se desperdicia una parte notable de alimento obligándonos a emplear más piezas para obtener la cantidad requerida. Además, debido a la alta velocidad a la que trabaja, se produce mucho calor en su interior, lo que conlleva una ligera pérdida de nutrientes del líquido obtenido, y también generan bastante ruido. Es posible que presente dificultades para extraer el zumo de vegetales de hoja verde como por ejemplo las espinacas
Los extractores por masticación y por trituración son considerablemente más caros, pero resultan mucho más eficientes a la hora de obtener líquido, son muy silenciosos y capaces de exprimir a la perfección cualquier fruta o vegetal. Como defectos, además de su elevado precio, resultan mucho más lentos.
Si utilizamos cualquiera de estos extractores estaremos obteniendo el zumo libre de pulpa. En el caso de no querer realizar un desembolso económico para adquirir uno de estos aparatos podemos utilizar una licuadora, mucho más económica, y con la cual obtendremos el zumo con pulpa.
Sugerencias y consejos a la hora de preparar e ingerir un zumo
Si queremos aprovechar todos los beneficios que nos ofrecen los zumos deberemos tener en cuenta algunos aspectos:
- Se recomienda beber el zumo inmediatamente después de haberlo preparado para evitar la pérdida de nutrientes y enzimas digestivas. A partir de los 15 minutos de haber sido preparado se empieza a producir un proceso de oxidación cuya consecuencia es la pérdida progresiva de los tan preciados nutrientes.
- Es preferible beber el zumo en ayunas o durante el tiempo entre comidas, ya que de esta manera asimilaremos de forma más rápida los nutrientes.
- Si no queremos aumentar de manera brusca nuestro nivel de glucosa en sangre deberemos incluir una pieza, o dos como máximo, de fruta, siendo mayor la cantidad de verduras. También podemos optar por frutas con bajo contenido en azúcar, como la manzana verde.
- Evidentemente deberemos lavar siempre todas las frutas y verduras que vayamos a consumir.
- En cualquier época del año resulta fácil encontrar la mayor parte de frutas y verduras, pero resulta recomendable escoger siempre productos de temporada, y, lógicamente, siempre frescas.
- Es recomendable contar con un exprimidor de calidad para poder aprovechar la mayor cantidad de zumo disponible en cada pieza y evitar problemas de atascado.
- Debemos ser conscientes de que, pese a las innumerables propiedades que contienen las frutas y verduras, debemos intentar llevar un estilo de vida saludable, acompañado de ejercicio físico regular, una dieta equilibrada y alejado de los malos hábitos que pueden perjudicar nuestra salud.
- En ningún caso debemos emplear un zumo como sustitutivo de una comida.
- Sería muy conveniente no añadirle azúcar refinada una vez preparado, como hemos comentado, el zumo por sí mismo ya contiene una cantidad notable de azúcar proveniente de la fruta empleada.
Contras y posibles efectos secundarios del juicing
Está claro que no todos los aspectos serán positivos. No deberemos abusar de la ingesta de zumos ni hacer de esta práctica el único componente de la dieta, ya que como dijimos con anterioridad, supondrá un elemento fundamental, aunque no exclusivo.
Lo que por un lado resulta ser una ventaja, por otro también puede suponer ser una desventaja, y es que al ingerir únicamente el zumo de estos alimentos estamos desechando la fibra que contienen y con ello las funciones que puede realizar en nuestro sistema digestivo.
Como ya hemos advertido, un zumo no es un sustitutivo de una de las principales comidas. Debemos seguir realizando un desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena, e ingerir los zumos preferiblemente en el tiempo que transcurre entre estas comidas, o bien durante ellas, por ejemplo, a modo de postre.
No debemos hacer caso de esos artículos que ofrecen dietas milagrosas compuestas en su práctica totalidad por zumos. Existen multitud de dietas basadas únicamente en la ingesta de zumos que aseguran una pérdida de peso rápida y sin "sufrimiento". Si bien es cierto que se pierde peso realizando estas dietas, puede suponer un riesgo importante para nuestra salud debido al déficit que se produce de otros nutrientes. Si seguimos por más de una semana una dieta basada casi en la totalidad en el juicing, pueden aparecer ciertos problemas, en especial por no cubrir las necesidades de calcio, ni de proteínas. Se pueden presentar efectos secundarios al seguir esta dieta, aún en periodos cortos como dolores de cabeza, debilidad, mareos, presión arterial baja, arritmias, vómito, diarrea, estreñimiento, problemas renales, entre otros. No se trata de zumos milagrosos que solucionarán por sí mismos cualquier problema de salud que podamos padecer, tan solo constituyen una ayuda como complemento a una dieta adecuada al objetivo que deseamos alcanzar.
Es posible que nos sentamos tentados de prepararnos un "mega zumo" con un generoso número de piezas de fruta. Esto puede suponer un inconveniente ya que determinadas frutas contienen cantidades notables de azúcar lo que hará que aumente de forma brusca el nivel de glucosa en nuestro organismo, por lo que no se recomienda tomar más de tres piezas de fruta al día. Aquellas personas que sean diabéticas deberán tener especial cuidado en este aspecto ya que puede provocar hiperglucemia o hipoglucemia, por lo que sería altamente recomendable acudir previamente a un especialista.
Tal y como hemos comentado, el juicing supone el complemento ideal a nuestros hábitos alimenticios, siendo una parte fundamental, al incluir frutas y verduras en nuestra dieta.
Como en todo, lo abundante no siempre es bueno por más sano que parezca, no convendrá abusar de ello, ya que si no podrá provocar determinados efectos no deseados en nuestro organismo.
Por tanto, os animamos a hacer de las frutas y las verduras un aliado inseparable de vuestra alimentación, siempre y cuando además de ellas, también participen aquellos alimentos que contienen los nutrientes básicos para nuestro organismo.